domingo, 5 de septiembre de 2010


La verdad del siglo XXI es que todos compramos por los ojos. Hay tantas marcas ahora que se dedican a un producto (por ejemplo solo en la sección de jugos dentro de un supermercado en Lima encontramos Laive, Watts, Frugos, L’Onda, Gloria, Tampico, La Selva, entre otros más) que el consumidor se queda pensando cuál es mejor porque la gráfica es muy parecida una a la otra o simplemente compra el de simple.

Para tal caso la pregunta sería: ¿cuál es la estrategia que las nuevas marcas usan o deben de utilizar para tener éxito? La sociedad a lo largo de los años se ha sentido atraida cada vez más por probar nuevas y exóticas experiencias, no obstante, la vida también se ha visto más atareada.

¿La solución?
Pues aquí está: se necesitan publicidades que puedan interactuar tanto camuflándose en los contextos socioculturales de las calles como con el público objetivo.
El primero porque la gráfica debe de apelar al expectador y eso se da cuando se incluyen elementos que respondan a la situación actual de la realidad y sus metas.
El segundo es indispensable porque toda interacción debe de evocar en nosotros algún sentimiento y en este caso debe de ser positivo. Una buena publicidad debe de despertar los sueños de cada persona a la que se dirige y motivarlos.


Honda propone un anuncio que trabaja junto con la tecnología: mensajes de texto y bluetooth.



Un canal trabaja con audio e imagen para impactar a todo aquel que pase cerca al anuncio de un nuevo reality japonés.

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